Este es el artículo de Santiago del Álamo que desapareció misteriosamente de un medio de comunicación y que hoy publicamos de manera íntegra a petición de su autor
Si piensan ustedes que me voy a sentar a las tantas de un viernes noche después de una cena con amigos, sus risas,…con alguna cervecica en el cuerpo y más sueño que una camada de gaticos a escribir este artículo con el fin de plantearles cuestiones cómodas, creo que no me conocen ni una miajica
Siempre estoy abierto a las peticiones de mis amigos de MurciaEconomía – aunque el nombre me chirríe un poquico – más si cabe en un momento clave de esta ciudad que tanto se juega, y que a tanto huele. Pero insisto, si este humilde servidor se desempolva el prefrontal en esas circunstancias no es para seguir consintiendo a más insufribles la mañana siguiente, sino para todo lo contrario, para quitarme alguno de la chepa. Para daros -si os dais por aludidos- darles -si estáis en mi reflexión – un sartenazo de realidad en el melón a los “espabilaos” de turno que aun sabiendo todo lo que pasa en esta ciudad me sueltan su argumentario vago e injustificado de excusas de poca monta mientras los mismos de siempre nos roban la cartera una vez más. La cartera, la ciudad, el futuro de mis hijos y hasta el puerto si lo consideran necesario. Y todo ello sin despeinarse un pelo cada vez que esta banda de corruPPtos toca el poder. Lo de la doble PP, no es por incidir, es que me salta en automático en los nuevos teclados de los surface de microsoft al escribir cualquier vocablo relacionado con corruPPción y no sé desactivarlo, no piensen que es cosa mía, por dios.
Entrando en materia, el caso es que todos imprimimos día tras día nuestra pequeña historia, nuestra ligera huella allá por dónde merodeamos, convivimos,… y en mi particular historia con la Autoridad Portuaria durante los últimos años, más allá de unos arbolicos que plantamos por escombreras y la amabilidad mostrada por los allí presentes, su Dpto. de Medio Ambiente, secretaría, … se basa en dos experiencias puntuales al margen de la fiesta de infografías, fotos y selfis del trio calavera que todos hemos recibido vía prensa, claro está . Una es muy desafortunada, la otra también sorprendente. La primera dura dos años, los mismos que han pasado desde que la junta local de la Asociación Española contra el Cáncer de la que formo parte pidiera a la señora Yolanda Muñoz, expresidenta de la Autoridad Portuaria una cita para hablarle de nuestra labor, para entablar colaboración. Hoy entendemos a la perfección porque nunca nos contestó, porque nunca nos va a contestar. La otra fue algo personal, que nació a raíz de mi curiosidad al ver un camión en la explanada de Héroes de Cavite durante el pasado mes de enero cargando la excelsa, apabullante, cara y para mí innecesaria decoración navideña que estos últimos años nos ha dispuesto el propio puerto. Aquel camión y empresa llamaron mi atención y en cuanto llegué a casa me dirigí a comprobar por curiosidad su procedencia. Se trataba de una empresa – que por delante quede, merece todos nuestros respetos- sita en la Plaza de las Flores, Murcia. Una empresa que al parecer se ha llevado una nada desdichada facturación y que como bien pueden entender le hace preguntarse a uno ¿Es que no se podía haber llevado ese trabajo, ese dinero para sus familias, una empresa de Cartagena?
Esta última reflexión me llevó y lleva a recordar una conversación mantenida hace un par de años con una concejala de la actual corporación a la que aprecio – lo cortes nunca debe reñir con lo valiente-.
Mientras tomábamos café y hablábamos de algunos proyectos, le comentaba o más bien criticaba siempre constructivamente el nombramiento de Yolanda como presidenta del puerto de Cartagena, literalmente le decía algo así como: desde el Ayuntamiento os llenáis la boca con el slogan “Compra en tu barrio” pero para comprar en el barrio también hace falta gente que “gane en el barrio pero sobre todo que viva y gaste en el barrio”. Lo que es una verdadera incoherencia y descapitalización de la propia ciudad es que la nueva presidenta gane en el barrio y no viva ni compre en el barrio ¿verdad? Resulta ser pura hipocresía vivir en la práctica tan alejada de los principios que se impone al resto de sociedad refiriéndome a su sueldo, el mejor de los cargos públicos de la región no siendo de Cartagena y ni tan siquiera viviendo en ella. Si a esto le sumamos que prácticamente los 50.000 funcionarios de la CARM trabajan y viven en Murcia ciudad y que a día ni uno de los consejeros del gobierno regional es cartaganero o hay concejales que ni tan siquiera residen en la ciudad la cuestión cobra aún más peso ¿verdad?
Ahora, lógicamente sabiendo lo que sabemos, regaría aquel café y conversación con la falta de ética que hay que tener si además de ganar en el barrio y no dar de comer al barrio con tus propios medios, presuntamente utilizas tu posición para saquear una institución entre colegas y empresas del partido, entre amigachos de fuera del barrio habiendo convertido la autoridad portuaria en una agencia de colocación y corrupción. INTOLERABLE
Y es ahí exactamente dónde reside la madre del cordero, el nuevo y flamante capítulo de corruPPción que nos brinda el Gobierno local y regional teniendo como base esas redes clientelares de su propio partido con la flamante y sorprendente contratación de un hermano del Alcalde del PP en Almería y consejero de la Junta de Andalucía. Con la coacción, extorsión y maltrato a trabajadores a los que tentaban a arrodillarse para conseguir un trabajo, a suspenderlos de empleo y sueldo por negarse a teledirigir contratos sin justificación técnica. Amaño de contratos, mobbing, prevaricación, tráfico de influencias,etc. Con todo ello y mucho más apunta ya la fiscalía y las diligencias incoadas por la propia jueza de Cartagena hacia el enésimo caso de corrupción del PP en esta comunidad y ciudad.
Un comportamiento caciquil de la presidenta que tal y como definió el propio sindicato de trabajadores del Puerto de Cartagena respondía como el de la propia Mafia Siciliana.
El resto del traje, lo que aporto yo, nuestra particular y pequeña huella, lo que se oye en la calle, lo que hablan cada vez más trabajadores, lo de enlosar tres veces la misma superficie en menos de una década a precio de oro(cerca de 4 millones de euros), las rotondas caras, las mismas empresas de siempre, las donaciones a los equipos de base de las Torres de Cotillas – pueblo de la expresidenta- con las necesidades que tienen nuestros pequeños en barrios y diputaciones para practicar deporte…Todo ello simplemente termina de vestir un traje de harapos pestilentes y transparencias horteras que dejan ver de nuevo la podredumbre de llevar 40 años en el poder en esta comunidad y ciudad y que una vez más echa a perder todo lo que toca, todo lo que gobierna. Lástima de mi preciosa ciudad.
Me despido de vosotros con dos apuntes: la anécdota que me hizo dar título a este artículo de opinión y una misiva al respecto.
En los cuarteles militares en los que estuvo destinado mi abuelo, me contaba que se comía mucha lenteja, patata y “bacalao salao”. No aburrir el paladar de la tropa dependía de la creatividad que le pusiera el cocinero disfrazando la monotonía de tan escasa materia prima, también del bacalao. En democracia no tenemos ese límite culinario, en Cartagena menos aún y como aquella tropa, sabemos de largo aunque se presente “disfrazao” quien es el bacalao en este banquete.
El corrupto usa buenas formas, sonrisa amplia y buen vestir, se echa limón a rabiar o crème fraîche del super si fuera necesario para venderse y desearles lo mejor a sus compañeros con un “se fuerte Yolanda”. Se desprende del compañerismo y la dignidad humana si fuera necesaria a la primera de cambio, todo ello por retener sus tentáculos de poder. Intentan pasar desapercibidos dándoselas de buenos gestores de lo que es de todos pero nada más lejos de la realidad, van a por lo suyo y a trincar por los suyos. Se visten de decencia pero rezuman corrupción.
También sabemos quién es el “espabilao”, el que cobra de la trama y también el que le defiende en su incoherencia, ignorancia y mezquindad lo indefendible. Acorralados en su propio lodazal, en su burdo rancho de menú cutre te intentarán confundir, te dirán que todos son iguales, que una trama y mordida de 600 millones de euros de una desaladora o cualquiera de los cientos de casos que los acompañan son lo mismo que una multa de tráfico o una llamada de atención por exigir papeles y transparencia en un ayuntamiento, y claro que la mezquindad humana abunda y la imperfección reinará como condición humana. Y claro que la hay y la habrá con ladrones y mediocres en los partidos, en las organizaciones… ¡Pederastas tiene la iglesia! pero solo en uno funciona como una verdadera mafia, como una trama que ya ha sido juzgada como ORGANIZACIÓN CRIMINAL. Solo uno, todos sabemos quién es y no cesa en sus prácticas como podemos comprobar.
En Cartagena, tenemos una oportunidad de cambiar todo esto en unos meses, han mostrado de nuevo la patita en el puerto y en unos meses la democracia tiene abierta una nueva cita. Hasta entonces, nos lo volverán a cocinar, nos lo volverán a disfrazar pero en Cartagena aunque venga disfrazao, sabemos bien quien es el Bacalao. Que no nos lo hagan tragar, que los que queremos cambiar esta ciudad por y con el pueblo NO OLEMOS MAL. Son ellos los que tienen que tapar con salsas baratas y moribundas recetas sus olores.
Y quien sabe, si sacamos músculo suficiente, si apretamos dónde Cartagena en el fondo desea y debe apretar, en muy poco podremos elegir Presidente del Puerto desde nuestro propio consistorio, desde nuestro Ayuntamiento. Así hizo Pujol con Aznar en el Pacto de Majestic, le saco -entre otras bajadas de pantalones- elegir la presidencia del Puerto de Barcelona desde la Generalitat, no desde Madrid. Hagamos nosotros lo mismo con San Esteban y no pasemos más por estos malos tragos. O quien sabe si algo más, conseguir nuestra añorada provincia apoyada ya por el 80% de los cartageneros y quitarnos ese lastre llamado centralismo que tanto ahoga nuestra ciudad, comarca y todo lo que a futuro les permitamos sino cambiamos el rumbo.
Sin dar un paso atrás vayamos a por ello! ¡Sintamos de nuevo la justicia, la democracia en esta ciudad siempre vanguardia de este país y entre todos hagámoslo realidad!
Saludos compañe@s y por siempre ¡Viva Cartagena!