Pedro Antonio Sánchez solo ha ido dejando cadáveres por dónde ha pasado, su ejemplo más gráfico el municipio de Puerto Lumbreras, del que fue alcalde, y que le ha costado la condena a 3 años de cárcel
Esta semana nos ha venido marcada por la condena a 3 años de prisión, una multa de 3.600 euros y 17 años y 3 meses de inhabilitación especial para cargo o empleo público, como autor de dos delitos de prevaricación, el primero continuado en concurso con uno de falsedad, en relación con el proyecto del auditorio de Puerto Lumbreras para Pedro Antonio Sánchez.
La meteórica carrera del lumbrerense que desde su paso por las Nuevas Generaciones del Partido Popular hasta ocupar la presidencia de la Región de Murcia, pasó por ser Director General de Juventud hasta 2023, el director general más joven de España por obra y arte de Valcárcel, alcalde de Puerto Lumbreras, Consejero de Educación, Vicesecretario de Organización y finalmente presidente del PP en la Región de Murcia.
Ese trepidante ascenso ha tenido una caída dura y abrupta. Que se venía venir por la multitud de casos en los que se veía implicado y conseguía salir por algún matiz legal, o incluso por algún error judicial al no cumplir con los plazos de investigación que marca la ley. Así se libró del «caso pasarelas».
Sea como fuere, Pedro Antonio Sánchez nació para ser estrella, aunque finalmente parece que vaya a acabar estrellado cuando el previsible recurso ante el Tribunal Supremo, para dilatar y retrasar el acceso a prisión, confirme lo que el Tribunal Superior de Justicia de Murcia ha dictaminado.
Y es previsible porque el delito de falsedad, que es el que probablemente lleve sus huesos a la trena, tiene una condena de 3 a 6 años de cárcel, y a él el tribunal le ha impuesto la pena mínima, es decir, que no cabe rebaja de condena por lo que se hace improbable que alto tribunal elimine el delito cuando lo habitual es que siga la doctrina de los juzgados de Murcia.
Cadáveres de hormigón
Centrándonos en el motivo por el que Pedro Antonio Sánchez previsiblemente acabe en la cárcel, nos encontramos a uno de esos cadáveres que el bueno de PAS ha dejado por el camino: el auditorio de Puerto Lumbreras.
Un faraónico proyecto por el que, según el auto del tribunal superior de justicia de Murcia, Pedro Antonio Sánchez encargó al arquitecto Martín Lejárraga “verbalmente y sin previo expediente alguno de contratación” un proyecto para solicitar una subvención dirigida a corporaciones locales. Y una vez conseguida la ayuda, convocar el concurso de proyectos, “totalmente condicionado a que el ganador fuera el arquitecto”.
Además el juez constata que una vez concedida la subvención, cuando el arquitecto advierte “que existía inviabilidad técnica y económica en la ejecución del proyecto” lo comunica al Pedro Antonio Sánchez, y juntos, con la ayuda de la funcionaria municipal, “convinieron la confección de un proyecto modificado que permitiera justificar ante la Comunidad Autónoma la inversión de la subvención e impedir el reintegro, aunque ello supusiera dejar la obra inacabada”.
E inacabado quedó el auditorio. Un esqueleto de cemento en una parcela que actualmente está descuidada, llena de matojos y cerrada por alambrada.
Un cadáver de hormigón que quedará en el recuerdo de todos como el ejemplo de que la egolatría y los aires de grandeza no deben ser rasgos de un líder. Una obra inacabada, y que así quedará puesto que es inviable asumirla para un municipio que tiene poco más de trece mil habitantes.
¿Y los 6 millones de euros?
Pero si es malo que un dirigente público utilice su posición para cometer actos, que según el auto de la Sala, son ilegales y quedarán para el reproche popular, peor es que el Gobierno regional regalara 6 millones de euros para este proyecto que los propios técnicos de patrimonio desaconsejaban.
Lo que resulta extraño, y no se ha comentado, es que la orden de concesión incluía una artículo, concretamente el número 8, titulado «Incumplimiento», que venía a explicar qué sucedería en caso de que el receptor de la subvención no cumpliera con sus compromisos.
«Procederá el reintegro de las cantidades percibidas, así como el interés de demora desde el momento del pago de la subvención hasta la fecha en que se acuerde la procedencia del reintegro en los supuestos regulados en el artículo 37.1 de la Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones. También será de aplicación lo regulado en el título II de la Ley 7/2005, de 18 de noviembre de Subvenciones de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.»
¿Ha reclamado el Gobierno regional los 6 millones de euros al Ayuntamiento de Puerto Lumbreras? No hay constancia. Parece que se acogen a que la obra fue recepcionada e incluso se realizó una fiesta de inauguración, en la calle y sin permitir el acceso al recinto, pues estaba inacabado.
A continuación les dejo un vídeo que ha sido grabado esta misma semana y que muestra la situación real de recinto. No lloren, es la realidad. Y es dura. 6 millones de euros tirados a la basura. ¿Cuántos médicos se podrían contratar con 6 millones de euros? ¿Y profesores?.
Nuevo ayuntamiento, centro de emergencias o museo Virgen del Rosario, otros cadáveres de hormigón
Pero el auditorio fue la única víctima de Pedro Antonio Sánchez, también dejó otros muchos cadáveres de hormigón por el camino.
Mandó demoler las dependencias del Ayuntamiento para construir otro que quedó inacabado, obligando al consistorio a ocupar el espacio del centro cívico, limitando la actividad social y cultural del municipio al no disponer de más espacio. Allí se invirtió más de 1,5 millones de euros.
Imaginó un gran centro de coordinación de emergencias que se encargaría de aglutinar a todo el suroeste de la Región de Murcia que hasta iba a contar con helipuerto, pero como supondrán quedó en otro esqueleto de cemento. Se invirtieron 2,2 millones de euros.
Levantó un museo, el Museo Folclórico Virgen del Rosario, que aunque la parte exterior parece acabada, aunque estén tapiadas todas las ventanas, por dentro está apuntalado y totalmente inacabado. Allí se invirtieron más de 1,5 millones de euros.
Proyectos faraónicos con fines electoralistas
Todos estos proyectos inacabados formaban parte del plan de Pedro Antonio Sánchez para promocionarse de cara a ser el siguiente presidente regional sucediendo a Ramón Luis Valcárcel, quien le dio su bendición y le nombró su sucesor.
Pedro Antonio Sánchez solo ha ido dejando cadáveres por dónde ha pasado, aunque uno de ellos le ha costado una condena de cárcel de la que difícilmente podrá escaparse.