La penitencia de López Miras

¿Se habrá arrepentido López Miras de todos los pecados cometidos esta legislatura entre los que se encuentran el permitir la vacunación irregular de más de 400 altos cargos o mediar para adelantar el tratamiento de un familiar de su amigo Teodoro García Egea?

El sacramento de la penitencia, también conocido como sacramento de la reconciliación, de la confesión, del perdón o de la curación, es uno de los siete sacramentos de las Iglesias católica, ortodoxa y copta.

La fe católica considera que se trata de un sacramento de curación instituido por Jesucristo, y que quienes se acerquen a él con las debidas disposiciones de conversión, arrepentimiento y reparación reciben el perdón de Dios por sus pecados cometidos después del bautismo así como también la reconciliación con la Iglesia.

Es conocida la fe cristiana del presidente de la Región de Murcia, de hecho no pierde ocasión de exponerla en público para regocijo de sus fervientes seguidores, pese a vivir en un estado laico donde no se debería favorecer ni beneficiar a ningún tipo de religión, pero eso es otra historia que ya abordaremos.

La legislatura recién acabada ha sido, con creces, la peor de toda la historia de la Región de Murcia. En términos religiosos podríamos asegurar que ha sido la más pecaminosa, en la que más mal se ha causado al prójimo y donde más de un millón y medio de ciudadanos y ciudadanas de la Región han visto con vergüenza las bajezas de López Miras y su banda.

Investidura contra el deseo de la ciudadanía

En 2019 la ciudadanía de la Región de Murcia votó cambio. Eligió mandar al Partido Popular a la oposición para regenerarse tras 24 años de gobiernos conservadores en nuestra comunidad autónoma. Pero en contra del deseo popular, López Miras, y Teodoro García, obraron en la sombra, un pacto con Ciudadanos y con VOX para evitar que se pudiera dar la tan necesaria alternancia política.

El PSOE había ganado las elecciones. Diego Conesa estaba en posición de formar gobierno con Ciudadanos, lo que había mandatado la ciudadanía de la Región, pero en las cloacas de Madrid, PP y Cs urdieron un oscuro plan para que esto no se produjese y que pasaba por dar la alcaldía de Granada a Cs a cambio de su apoyo en el Gobierno regional y en el Ayuntamiento de Murcia.

La penitencia de López Miras

Y esto, según cuentan las malas lenguas, con la mediación de un importante grupo empresarial que administra la gestión del agua en algunas ciudades de Cataluña y que, según cuentan, tenía importantes lazos con Albert Rivera y Teodoro García.

Y llegó la pandemia

Cuando no se llevaba ni un año de legislatura llegó la Covid 19. Esa pandemia mortal que asoló el mundo y causó miles y miles de muertes.

En aquellos aciagos días el bueno de Fer conoció lo que eran los contratos de emergencia y lo que era un recurso extraordinario se convirtió en ordinario.

Mediante contratos de emergencia fue colando renovaciones de la televisión pública. El contrato expiraba de manera irreversible y sin opción a prórroga en abril de 2020 pero no se iniciaron los trámites para un nueva licitación hasta febrero de ese año pese a que la anterior, iniciada en 2014, había requerido un año.

La penitencia de López Miras

Diecisiete millones de euros. Hasta ahí ascienden las cinco adjudicaciones que sin concurso y por “trámite de emergencia” aprobó desde el 27 de marzo de 2020 el Gobierno de López Miras para la gestión de la televisión pública de la Región de Murcia. Todas ellas en favor de la empresa CBM Servicios Audiovisuales SL, que en 2015 obtuvo mediante concurso un contrato que expiró de manera irreversible en abril de 2020. 

¿Insolvencia o mal fe? Yo apostaría por ambas.

400 altos cargos vacunados saltándose la lista de espera

Y en medio de la tormenta perfecta, con cientos de muertos a diario, con la población recluida en sus casas para evitar la propagación del temido virus, con un Gobierno de España desplegando el mayor escudo social que se conoce en la historia de este país, y que el tiempo se encargará de darle la importancia que merece, López Miras tuvo a bien el permitir que más de 400 altos cargos del Gobierno regional se vacunaran saltándose la lista de vacunación.

En unos momentos donde las vacunas eran la única garantía de poder sobrevivir al virus. Donde había escasez de dosis, y por ello se había ideado un plan para administrarlas de manera responsable comenzando por quien más lo necesitaba y más riesgo tenía, llegó uno de lo pecados más graves de nuestro joven presidente.

La penitencia de López Miras

400 altos cargos del Gobierno regional, incluyendo al consejero de Sanidad y a miembros de la alta curia de la Iglesia en la Región de Murcia, eran vacunados saltándose la lista de vacunación en incluso algunos haciéndose pasar por capellanes.

Por cierto, como castigo por los males causados por el Obispo de Cartagena que se hizo pasar por capellán de una residencia para ponerse la vacuna antes, nuestro «flautero» presidente decidió otorgarle el título de Hijo Predilecto de la Región de Murcia. Así es Fer, seguro que se confesó y listo, pecados borrados y aquí no pasó nada.

Moción de Censura

Con el escándalo de la vacunación irregular en todo lo alto, los compañeros de viaje de Fernando López Miras en el Gobierno regional decidieron que ya habían soportado suficiente corrupción y que el PP ya no era merecedor de la confianza dada para formar gobierno.

Ante esta situación miraron a su alrededor y encontraron al PSOE, con el que sumaban una mayoría suficiente para que la Región de Murcia virara el rumbo e intentase recuperar la decencia institucional perdida y vapuleada por Fernando López Miras y su banda.

Cs y PSOE armaron los cimientos de lo que hubiera sido un gran Gobierno regional, que de nuevo sería frustrado por las malas artes de Fer y su amigo Teo.

Teo se encargó de ofrecer el «oro y el moro» a cualquier miembro de Cs que hubiera firmado esa moción de censura. Y tuvo éxito. En esa lista había mucha gente de escasa palabra y poca voluntad cumplidora. Gente más pendiente de mantener un sillón y una abultada nómina, antes que ser decente y permitir que esta región saliera de la oscuridad en la que el Partido Popular la mantiene durante tantos años.

En aquellos momento se evidenció que de 6 personas, 4 no tienen palabra ni firma. No tienen vergüenza ni creo que la conozcan. Daba igual la gente, no importaba el bien común. Su única obsesión era el dinero, y con dinero se les pagó: mantuvieron el sillón y sus sueldos, y de nuevo las malas lenguas hablan de maletines con abultadas cantidades, aunque esto, nunca se sabrá.

López Miras intercediendo por su amigo Teodoro

Hay un dicho muy común que dice que «favor, con favor se paga», y claro, López Miras le debía un camión de favores a su amigo Teodoro dado que sin él, seguramente a estas alturas de la película, estaría engordando la lista del Paro.

El flautista de Lorca, más conocido como Fernando López Miras, fue pillado intercediendo por Teodoro García, para facilitar y adelantar la cita médica a un familiar del ciezano campeón de lanzamiento de hueso de oliva. De nuevo se saltaba una lista de espera, en este caso la médica.

La penitencia de López Miras

La penitencia de López Miras

Las imágenes de los WhatsApp que López Miras cruzaba con Teodoro donde se le veía mediar en la operación quirúrgica de un familiar de García Egea fueron, son y serán otra de las grandes vergüenzas que este pizpireto presidente nos ha hecho pasar a todos los ciudadanos y ciudadanas de la Región de Murcia.

Su padre político condenado a 3 años de cárcel

Otro golpe de realidad azotó a Fernando López Miras hace escasas semanas: Pedro Antonio Sánchez era condenado a 3 años de cárcel por su tejemanejes con el auditorio de Puerto Lumbreras en su fase de alcalde de este municipio.

«Pedro Antonio es regeneración, es honradez, es solvencia (…) No ha defraudado a los murcianos. Yo confío en Pedro Antonio». Con estas palabras apoyaba a su querido papá político el bueno de Fer ante las imputaciones judiciales que iba recibiendo el de Puerto Lumbreras. No se conoce a día de hoy que López Miras se haya retractado de estas palabras.

Su abuelo político al banquillo de los acusados

Y como la genética popular es marcada y predominante, el que fuera su abuelo político también estaba enfangado. Y lo estaba en lo que puede ser el mayor pufo a las arcas regionales que se recuerde nunca y que difícilmente pueda ser superado.

Ramón Luis Valcárcel pagó por algo que valía 22 millones de euros más de 600. Ese algo era una desaladora, la de Escombreras, y la excusa, que había que garantizar agua para los agricultores y los macroproyectos urbanísticos nacidos a su amparo.

Valcárcel, ¡al banquillo de los acusados!

Todo lo relacionado con la Desaladora es la gran mentira del Partido Popular. La escenificación más pura de cómo actúan y cuál es su afecto por el interés público. Había que hacer a cualquier precio una infraestructura, la cual denigraban y demonizaban (y lo siguen haciendo), para que sus amiguetes tuvieran agua para regar los campos de golf y las lechugas de las multinacionales que explotaban a los pequeños y medianos agricultores de la Región.

La semana pasada conocimos que Valcárcel se sentará en el banquillo acusado de presuntos delitos de prevaricación continuada, otro delito continuado de fraude y un tercero de malversación de caudales públicos.

Por todos ellos la Fiscalía pide penas de 11 años y medios de cárcel, 47 años de inhabilitación para el expresidente de la Región de Murcia y que se le embarguen sus bienes para hacer frente a 74,1 millones de indemnización por el sobrecoste en el contrato de arrendamiento de la infraestructura.

La penitencia de López Miras

Como buen creyente, supongo que el bueno de Fer habrá acudido a su obispo particular para confesarse y así limpiar esos pecadillos de legislatura. Cumplir con la penitencia impuesta y seguir con sus «cosas».

Pero, ¿se habrá arrepentido López Miras de todos los pecados cometidos entre los que se encuentran los aquí comentados?. No lo creo.