A una semana para la votación más importante en los últimos tiempos encontramos a un PP que ya ha debido encargar a alguna empresa de marketing el rediseño de su logo para hacerlo más acorde con su nueva realidad incluyendo el verde como base del diseño
Los pactos autonómicos desenmascaran a un Partido Popular que, por mucho que intente ocultar su deriva ultraderechista, muestra la verdadera cara de la formación cada vez menos conservadora y más escorada a la derecha.
Esta semana se materializó el pacto en Baleares donde el Partido Popular ha permitido que un xenófobo y negacionista, Gabriel Le Senne, se ponga al frente del Parlament balear gracias a su pacto con VOX.
Feijóo, a través de su gente de Baleares, ha firmado un pacto donde básicamente marginan el catalán, eliminan la violencia machista y la sustituyen por violencia intrafamiliar y criminalizan la inmigración ilegal. Así, de un golpe y sin anestesia.
También tuvo lugar el más vergonzoso hasta la fecha de los pactos de PP con VOX, ya no tanto por su contenido que viene siendo similar al de otras comunidades, sino a la forma en que se ha producido.
La dirección nacional del PP tuvo que llamar al orden a su líder autonómica y obligarle a que cambiara radicalmente de posición. María Guardiola tuvo que contradecirse en menos de una semana y acatar las ordenes de Génova.
La que se afanó por todos los medios de comunicación en gritar a los cuatro vientos que con ella VOX no entraría en el gobierno y que si había que ir a nuevas elecciones se iría, tuvo que comerse sus palabras y claudicar al mandato de Feijóo, ese que dijo que el no intervenía en las decisiones autonómicas y daba total libertad a los territorios en sus negociaciones.
El PP y Vox firmaron un acuerdo para gobernar conjuntamente Extremadura, que supone la entrega a los ultras de Santiago Abascal de una nueva consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, que asumirá las competencias de infraestructuras rurales, control de incendios, patrimonio natural, caza, pesca y toros.
Además, en el documento firmado entre ambas formaciones desaparece, como en el resto de acuerdo entre PP y VOX la violencia machista.
Y no debemos olvidar el primero de estos acuerdos, el de la Comunidad Valenciana. Este en concreto viene trufado de nocturnidad y alevosía, dado que estaba acordado de manera previa a la votación del 28 de mayo, tal como el mismo Carlos Mazón confirma en unos audios que han sido publicados esta semana.
«En el peor de los casos tendríamos que chupársela a uno de Vox que vienen aquí a tocar los cojones». Así explicó en noviembre de 2022 Mazón en presencia de compañeros de su partido de la Diputación de Alicante. Mientras, durante los meses previos a las elecciones y la propia campaña electoral, se afanó por negar cualquier acuerdo con la ultraderecha.
Y estas, el preacuerdo de Carlos Mazón con los de la ultraderecha se materializó la vicepresidencia y las consejerías de Justicia e Interior y Agricultura en el nuevo Gobierno valenciano para los de Santiago Abascal.
Murcia, laboratorio de experimentos de PP
Y volviendo a nuestra comunidad autónoma, nos encontramos con que la formación de Alberto Núñez Feijóo ha decidido utilizarnos como conejillos de indias en una suerte de estrategia para intentar lavar la mala imagen de los vergonzantes pactos con VOX alcanzados en otros territorios.
Como llevo semanas anunciándoles, López Miras tiene reservadas dos consejerías para los de Abascal, y ya tendríamos gobierno de coalición entre PP y VOX en la Región de Murcia, sino fuera porque desde Génova 13 dieron la orden de esperar a después del 23J.
El tacticismo político al servicio del Partido Popular, y que acata con suma obediencia Fernando López Miras, que por cierto siempre se afanó en decir que lo primero en la Región y después el resto. Está claro que no es así.
Mientras, hemos asistido a una sesión de investidura fallida y que tenía anunciado su resultado de antemano. Todo por obra y gracia de Feijóo. Gracias a él no tenemos gobierno, y el que está se encuentra en funcionas con grandes limitaciones para poder gobernar. Y por mucho que Fer le eche la culpa a VOX, sabe perfectamente que el único responsable es él y su líder.
La ciudadanía de la Región debería de valorar estos hechos con atención, puesto que el egoísmo tacticista del PP a nivel nacional está perjudicando a la mayoría de ciudadanos y ciudadanas de la Región de Murcia, retrasando la publicación de un acuerdo cerrado y sellado de antemano entre populares y voxeros.
Sea como fuere, a una semana para la votación más importante en los últimos tiempos encontramos a un PP que ya ha debido encargar a alguna empresa de marketing el rediseño de su logo para restarle azul y hacerlo más acorde con su nueva realidad incluyendo el verde como base del diseño.
Tengo la esperanza de que la ciudadanía vislumbre la oscuridad a la que nos quieren llevar y actúe en consecuencia el próximo 23 de julio.
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