► El lobby del Campo de Cartagena continúa en su cruzada de crear una realidad alternativa y además hacer creer a la ciudadanía que su versión de la historia es la buena a base de informes inexistentes, teorías conspiratorias y bajo el paraguas de la ultraderecha
«No prejuzgamos». Esto fue lo que nos contestó la Fundación Ingenio esta semana cuando le preguntamos si pensaban tomar alguna medida contra Ciky Oro y el grupo G’s España, ambas empresas patronos de la citada fundación y que han sido sancionados por la Consejería de Medio Ambiente por casi 2 millones de euros.
Desalobradoras ilegales
Por hacer un poco de historia del motivo de semejantes sanciones solo recordar que a ambas empresas les pillaron desalobradoras ilegales, que para quien no lo sepa son unas máquinas que se dedican a sacar agua del subsuelo, desalarla y luego rechazar la salmuera resultante del proceso, contaminando el acuífero y vertiéndola a cauces que desembocan en el Mar Menor.
Por supuesto, esos pozos de donde extraían agua estaban hechos sin autorización alguna, saltándose todas las leyes medio ambientales y sin ningún control técnico. Además muchas de estas instalaciones se han encontrado bajo tierra, en zulos de difícil acceso y en general muy bien escondidas para evitar su detección.
Una vez aclarado el concepto de «desalobradora ilegal», continuamos con el «no prejuzgamos» del lobby de los agricultores del Campo de Cartagena en relación a las sanciones antes comentadas, sin olvidar que estas mismas empresas también están siendo juzgadas en el famoso ‘Caso Topillo’ por causas similares por las que han sido sancionadas administrativamente.
Así que su «no prejuzgamos» en realidad no es otra cosa que una excusa barata de mal pagador.
El lobby se ha afanado y gastado miles de euros en hacer creer que quieren proteger el medio ambiente, que son los primeros interesados en salvaguardar el Mar Menor y su entorno, y que sus asociados son poco menos que los adalides de las buenas prácticas agrarias para proteger el ecosistema.
Pero en base a lo que se conoce de las investigaciones judiciales en curso y de las sanciones impuestas por el Gobierno López Miras, pese a que este se negó de inicio a sancionar a uno de sus graneros de votos y tuvo que ser el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia el que le enmendara la plana y obligarle a que ejerciera sus responsabilidades, parece que la realidad es bien distinta.
Utilizan la estrategia de hacerse «la víctima» con gran destreza. Entonan clásicos eslóganes como el ‘todos nos atacan’, ‘nadie nos entiende’, ‘su forma de vida está en riesgo’, la contaminación del Mar Menor es por las cremas solares y su mejor excusa, a la laguna salada no entran nitratos, está como está por los sistemas de alcantarillado.
Y toda esta campaña de marketing financiada con millones de euros provenientes de muchos de esos agricultores que hace unas semanas salieron a la calle a protestar y colapsaron la Región. Esos que teniendo una ley para protegerles (llámese Ley de la Cadena Alimentaria) prefieren no usarla y berrear y formar alboroto.
La Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena, esa que engloba a todos los agricultores de la zona, decidió que lo mejor que podía hacer para salvaguardar sus intereses era darle a la Fundación Ingenio 2,4 millones de euros para gastarlos en publicidad y propaganda.
Con ese dineral se han comprado secciones en periódicos regionales, véase la página semanal que publica en el diario La Opinión donde suelen colar informes inexistentes, datos falsos y teorías sin ninguna base científica con la connivencia cómplice del medio que prefiere trincar la pasta y mirar hacia otro lado.
También han montado numerosos actos disfrazados de debates, mesas redondas o jornadas técnicas que no son más que púlpitos desde donde lanzar sus soflamas e instigar al levantamiento del mundo rural.
Europa sanciona a España por el descontrol de los nitratos en la Región de Murcia
Y si a alguien le quedaba alguna duda del daño al medio natural que están realizando algunos agricultores o terratenientes recuerden que esta semana la Comisión Europea ha sancionado a España por no cumplir con la directiva de nitratos.
Y precisamente uno de los lugares en los que no se cumple es en la Región de Murcia, donde el Gobierno de López Miras lleva mirando hacia otro lado demasiado tiempo.
Fíjense el descaro que en el día de ayer el PP a través de la diputada María Casajús llegó a calificar la sentencia como «que no se ajusta a la realidad actual». Así sin sonrojarse y ni despeinarse intentan deslegitimar toda una sentencia europea. Y así todo. Siempre balones fuera, la culpa es de otros, o los dictámenes que no les gustan son erróneos.
Fundación Ingenio detrás de SOS Rural
Y como vieron que el Campo de Cartagena se les quedaba pequeño se montaron una asociación nacional (SOS Rural) para convocar manifestaciones, y difundir aún más su viciado discurso que en la mayoría de su contenido está muy alejado de la verdad y la realidad.
Y yo me pregunto, ¿si el pastizal que esos agricultores, que dicen estar tan mal, dan a la Fundación Ingenio lo invirtieran en investigación de técnicas de cultivo más respetuosas con el medio ambiente o en bufetes de abogados que denunciaran las prácticas ilegales utilizando la ley de Cadena Alimentaria, no les iría mejor?
¿De verdad la solución a los problemas que dicen tener todos estos regantes se solucionan alimentando a una bestia, llámese lobby, para a base de billetes intentar crear una realidad alternativa alejada de la verdad?
Cortina de humo
Llámenme ingenuo, pero no lo veo. Yo más bien pienso que el problema es que detrás de la cortina de humo creada por el lobby no hay pequeños agricultores, sino grandes terratenientes y/o intermediarios que quieren seguir ganando más y más dinero a costa de destruir el medio ambiente.
Durante las manifestaciones del pasado mes de febrero hablé con otro de los patronos de la Fundación Ingenio, que por respeto a su deseo de anonimato no daré su nombre, y le pregunté por su opinión al respecto de las manifestaciones y las consecuencias que estaba sufriendo en su empresa.
Y este señor me dijo que su problema era que el plástico había subido, que el cartón había subido, que los costes laborales habían subido y que el papeleo era insufrible. Curiosamente en ningún momento nombró al campo, ni las cosechas, ni a los agricultores.
Así las cosas, para mi la Fundación Ingenio es parte del problema, no de la solución. Creada para generar ruido y desviar la atención de lo importante. Que se sustenta gracias al dineral que cuatro multinacionales le dan para que ellas puedan seguir ganando tanto o más que antes, sin importarles ni lo más mínimo el campo, el agricultor y el Mar Menor.
La ultraderecha no me representa, pero me siento con ella
Y por mucho que le pese a la Fundación Ingenio, todo lo hacen bajo el paraguas de la ultraderecha. Han insistido mucho en que su movimiento es apolítico pero la realidad es otra. Dicen que la ultraderecha no les representa, pero se sientan con ella y hasta instan a todo el sector a apoyar sus medidas.
Me gustaría que hubieran visto a Natalia Corbalán, portavoz de la Fundación Ingenio y SOS Rural, el pasado lunes en la reunión organizada por VOX para presentar su borrador de modificación de la Ley del Mar Menor, defendiendo enérgicamente la propuesta de los de Abascal e instando al resto de los presentes a apoyarla sin ambages. No me llames ultraderecha, llámame Fundación Ingenio, parafraseando a la famosa canción.
Nitratos y más nitratos
Mientras tanto, al Mar Menor siguen llegando kilos y kilos de nitratos provenientes del campo. Siguen envenenando a nuestra laguna salada, que ha sido olvidada durante todo el invierno y que en breves semanas volverá a ser portada de noticias con la vuelta del turista quien comprobará que todo sigue igual.
El Mar Menor sigue con respiración asistida y mucho me temo que en cuanto apriete el calor, que se prevé que llegue mucho antes que otros años, volveremos a tener episodios de anoxia y proliferación de ova.
Y de nuevo veremos al bueno de Fer vanagloriándose de los millones de euros que se gasta en retirar algas, técnica que no sirve de nada puesto que hasta que no se solucione el problema en su raíz (el campo), la laguna no tendrá posibilidades reales de recuperarse.
Y esto, queridos lectores, tenían que saberlo.
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