Verde que te quiero verde

Verde que te quiero verde

Esta semana tuvimos lo que algún lumbreras llamó el ‘supermiércoles’ en la Asamblea Regional a cuenta de las iniciativas relacionadas con el Mar Menor que se debatían en la que se hace llamar «casa de la ciudadanía».

Por un lado teníamos la tan necesitada modificación de la Ley del Mar Menor para impedir que el ladrillo siga ganando espacio en el entorno de la laguna impulsada por el PSOE pero que los populares querían para sí.

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Recordemos que actualmente no existe moratoria urbanística en los municipios ribereños por expreso deseo del Partido Popular, quien primero no cumplió con los plazos dados en la Ley del Mar Menor para realizar el Plan de la Cuenca Vertiente y dejo caducar la moratoria existente en esa ley el pasado verano al querer reformarla para hacerle un poquito menos moratoria y permitir algunos desarrollos urbanísticos.

El pasado mes de agosto, los de la banda de Miras no fueron capaces de arrastrar a su partido muleta para que les apoyara su propuesta y no pudieron convalidar el decreto-ley lanzado con la intención de hacer creer a la ciudadanía que andaban ocupados y preocupados en proteger la laguna.

Así las cosas, casi 8 meses después, las promociones inmobiliarias en el entorno de la laguna se cuentan por decenas ante la falta de protección propiciada por la inacción del PP de López Miras, una prueba más del total desinterés de los populares por el Mar Menor.

Está claro que si en la laguna hubiera ‘puigdemones’, nacionalistas, separatistas o planeara cualquier tipo de amnistía, la atención de López Miras sería máxima, pero no es el caso.

Pero este ‘supermiércoles’ tenía más cosas interesantes. VOX había activado el botón nuclear de la reforma del la Ley del Mar Menor, y había obligado a su socio a que se tramitara por lectura única su toma en consideración.

La proposición de Ley de los de Abascal llegaba bajo el brazo con un concienzudo informe de los servicios jurídicos de la Asamblea Regional poniéndola patas arriba: la acusaba de inconstitucional, de legislar sobre materias que no eran competencias regionales, de tener un articulado inconcreto y sin definiciones claras y carente del estudio presupuestario obligatorio para toda ley.

Además, el informe jurídico había sido puesto en conocimiento del resto de grupos políticos menos de 24 horas antes del pleno impidiendo su correcto análisis por el resto de la Cámara. Se podría decir que este informe se había realizado con nocturnidad y alevosía pese a que fuera entregado cerca de las tres de la tarde del día anterior.

Y por supuesto, la manera de colar la iniciativo de VOX no era habitual sino la reservada para asuntos de extrema necesidad: la inclusión de la cuestión en el orden del día justo al inicio del pleno. Un nuevo atraco democrático del Partido Popular, quien hace tiempo que se siento cómodo actuando de manera autoritaria como lo pudiera hacer cualquier líder de alguna república bananera de las existentes a lo largo y ancho del globo.

Llegados a este punto solo faltaba saber si López Miras se iba a someter a las exigencias de VOX, cual esclavo a su amo. Pero como el flautero presidente tiene un master en trilerismo político y cortinas de humo se inventó una suerte de «vamos a hacer una comisión donde vengan los agentes implicados en el Mar Menor y en base a sus exigencias reformemos la ley entre todos».

Es decir, lo que viene siendo lo ya hecho en la fase previa de la creación de la Ley del Mar Menor y que fue la base para la citada norma. En otras palabras, una patada hacia delante para intentar calmar a sus socios de gobierno que no dejan de ser niños chicos que tienen pataletas pero que les das un caramelo y se calman.

Miras intentó hacer la cuadratura del círculo, algo al alcance de muy pocas personas entre las que no se encuentra él. Pero le salió rana. No coló. A los de VOX no les compras con dinero o promesas firmadas ante notario como presumiblemente pudo hacer con los tránsfugas de Ciudadanos la pasada legislatura. Su disfraz de niño bueno que quiere que todos jueguen con la pelota pese a que unos quieran fútbol y otros baloncesto no caló.

En esto que VOX sacó su verborrea barriobajera para insultar y faltar al respeto a todos. El poli malo de los de Abascal en la Asamblea saltó al atril cual perro rabioso y empezó a repartir a diestro y siniestro.

Llamó «autista» a la ley del Mar Menor, afirmó que la norma nació frutó del pánico y era «un experimento para llevarse la agricultura a Marruecos» para «dar gusto a los santones del cambio climático y entregar un nuevo misal para los curas rojos de la agenda 2030» y que «los ecologistas chuparan del presupuesto».

Y no querido lector, esto no es un discurso político realizado hace noventa años por el peor nazi del que tiene recuerdo la humanidad. Está realizado en pleno siglo XXI por un representante político que dice representar a la sociedad de la Región de Murcia.

Finalmente nada salió adelante: ni la moratoria urbanística impulsada por el PSOE que el PP quería robar para sí pero descafeinándola hasta el extremo, ni la toma en consideración de la propuesta de Ley ‘suicida’ del Mar Menor que pretendía VOX a la que el PP no se atrevió a votar en contra y se abstuvo.

Y como el nivel de teatralidad de la mañana era alto llegó el turno del diputado más largo que recuerda la cámara quien pidió la palabra en virtud de ser el vicepresidente de la Región de Murcia por obra y gracia de López Miras.

Antelo levantó su dedo índice de manera amenazante y dijo «la modificación de la Ley del Mar Menor es una línea roja de este vicepresidente» en clara alusión a su socio de gobierno, quien por cierto ya no se encontraba en la sala. Miras había tenido a bien abandonar el hemiciclo, no sabemos si camino de la cafetería o de su despacho en el las instalaciones del Grupo Parlamentario Popular.

Salió Antelo a la calle para decirle a los medios que iba a convocar una reunión urgente con López Miras para valorar el seguimiento del pacto de gobierno llegando a afirmar que «hoy la situación es muy difícil en el gobierno», en clara amenaza ante una hipotética ruptura del pacto que sustenta al líder del PP en San Esteban.

Pero como ya es costumbre en los abascales, ladran pero no muerden. Al día siguiente se produjo la citada reunión y cual cachorrito manso, Antelo salió de ella recitando el credo popular: a partir de septiembre si eso ya hablamos.

Mientras que populares y voxeros juegan al teatro, López Miras sigue demostrando su escaso interés en recuperar la laguna. Esta semana informamos que el Gobierno regional continúa subvencionando a las empresas que fueron acusadas por la Fiscalía de contaminar el Mar Menor a través de las desalobradoras ilegales instaladas en sus fincas.

11 de las 39 empresas imputadas inicialmente en el Caso Topillo recibieron subvenciones directas sin contraprestación a cambio de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca desde el año 2020. Algunas de estas subvenciones concedidas este mismo año.

Según el auto inicial del Caso Topillo, estas empresas habrían causado daños al medio natural por valor de 7,76 millones de euros vertiendo ilegalmente más de 2,5 millones de metros cúbicos de salmuera contaminada.

Lo que deja claro el debate del pasado miércoles en la Asamblea regional es que como el famoso poema de Federico García Lorca, VOX quiere el Mar Menor ‘verde que te quiero verde’. Pero ojo que el Partido Popular también, lo que pasa que llevan más tiempo en esto del negocio de mentir y quieren disfrazarlo para intentar confundir a la ciudadanía.

La extrema derecha y la derechita cobarde buscan lo mismo: los miles de votos que se encuentran en los municipios ribereños y cada uno a su manera lucha por ellos. Por un lado VOX se ha montado un Lobby sustentado en los miles de millones de euros que gana ese sector agrario que dice estar desesperado y en crisis pero que se permite gastar miles de euros en propaganda cargada de mentiras a la que algunos medios le ceden sus espacios a cambio de copiosas cantidades de dinero.

Verde que te quiero verde
José Ángel Antelo junto a Natalia Corbalán (a su izquierda) CEO de la Fundación Ingeio

Y por otro el PP, quien gobierna en tres de los cuatro municipios ribereños y que ya vio amenazada su hegemonía en San Pedro del Pinatar donde ahora gobierna en minoría con los apoyos de VOX, al igual que en Cartagena, donde Noelia Arroyo ha tenido que meter a los voxeros en el gobierno municipal para poder gobernar.

Y esto, querido lector, tenía que saberlo.

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