La Fundación Ingenio se tira al monte

El pasado miércoles pasó por la Asamblea regional Natalia Corbalán, CEO de la Fundación Ingenio, para defender los postulados del lobby de la agricultura del Campo de Cartagena en un intento desesperado de seguir vendiendo su moto.

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El problema es que la moto, ni es moto ni funciona. Simplemente son un montón de mentiras, tergiversaciones y teorías conspiratorias contra los agricultores basadas en relatos falsos, sin argumentos reales y, sobre todo, sin el aval científico contrastado y contrastable.

Natalia Corbalán llevó a la Asamblea un discurso sintético, preparado hasta el más mínimo detalle, tanto en su texto como en su puesta en escena. Con una idea fuerza fundamental que se repetiría en toda la intervención cual mantra: «no me crean a mí, crean a los científicos».

La base de la intervención de Corbalán era la mentira y la tergiversación. Así, sin más. Intentó llevarse al huerto a los diputados de los grupos políticos con una alocución trufada de recortes de prensa a los que luego ella le daba la interpretación correcta, independientemente de lo que la noticia en cuestión explicara en su texto, datos de informes técnicos sacados de contexto y, el plato estrella, extractos de las intervenciones de los científicos que ya habían pasado por la comisión.

Insistió la CEO de la Fundación Ingenio en el corte de video de la intervención del profesor Pérez Ruzafa días atrás donde este afirmaba que en la crisis hipóxica de 2021 que sufrió el Mar Menor fue provocado por «el malfuncionamiento de las estaciones de bombeo y una ineficiente retirada de biomasa».

Desde el fin de semana anterior andaban con este bulo, donde su medio de cabecera, previo pago de miles de euros, saltándose hasta el propio código ético del grupo editorial al que pertenece, les publicó un artículo donde la ‘fungenios’ aseguraban que Pérez Ruzafa se refería a las plantas de bombeo de aguas residuales, cuando en realidad hablaba de las bombas de la Rambla del Albujón que impulsan el agua hasta un EDAR para evitar la entrada de nitratos procedentes de la agricultura al Mar Menor.

Y no lo digo yo, lo ha dicho el propio Ruzafa quien ha desmentido las afirmaciones de la Fundación Ingenio y su CEO, Natalia Corbalán, por tierra, mar y aire. El conocido biólogo declaró al portal de noticias RRNews que «El titular que sacan es falso y como ves no se deduce eso de las declaraciones que aparecen en el texto. Siempre habrá gente que retuerza las cosas intentando justificar sus planteamientos».

A la hora de la publicación de esta pieza, el medio de comunicación continúa teniendo publicada en su web la noticia falsa patrocinada por la Fundación Ingenio. Fin de la cita, que diría Rosa Roda.

La Fundación Ingenio se tira al monte
Noticia patrocinada por la Fundación Ingenio cuyo contenido es falso

Pese al teatro de Corbalán, ningún grupo político cayó en su trampa y fue llevado al huerto de la Fundación Ingenio salvo VOX, dado que los abascales son los dueños del huerto, de los terratenientes, de los voceros y hasta de las casas de aperos en donde se cobijan los ‘fungenios’.

Un detalle que me pareció muy relevante es que Corbalán no utilizó ninguno de los numerosos informes que la Fundación Ingenio ha comprado y en los que se basaba hasta ahora para justificar sus posiciones. Informes adhoc, contratados con la premisa de que sus conclusiones estuvieran alineadas con los corolarios del lobby agrario. Documentos carentes de rigor científico y que más parecen obedecer a la codicia de los firmantes que a la necesidad de dar explicaciones científicas claras.

Corbalán, en mi opinión, estuvo altiva y arrogante. Utilizó un tono de desafío constante aderezado con demasiada sobreactuación a modo de falso enfado con el mundo que impide que sus amos sigan ganando millonadas a consta de destruir el ecosistema que les rodea.

Los ‘fungenios’ tienen cada vez más de partido político radical de extrema derecha que de fundación que, según su web, trabaja «por una agricultura ligada a la transparencia, la información, la trazabilidad y las garantías».

La Fundación Ingenio ni es transparente (eliminó el listado de sus patronos de sus web al estar algunos de los más importantes implicados en el caso Topillo), ni maneja información fidedigna (su postulados se basan en bulos o tergiversaciones interesadas), ni es trazable (el detalle del origen de sus recursos económicos y su destino sigue siendo un misterio más allá de lo que le da la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena), ni aporta garantía de nada.

La Fundación Ingenio se tira al monte
Lista de patronos que fue eliminada de la web de la Fundación Ingenio

En definitiva, estamos ante un chiringuito creado por la ultraderecha, con los millones de euros de la agroindustria, esa que ha dejado de ganar algo de dinero con las regulaciones para hacer compatible la actividad económica con el medioambiente, que no perder, y que muy pronto veremos como un partido político a través de su nuevo hijo: la Asociación SOS Rural.

El Mar Menor y el Campo de Cartagena no necesitan de más bulos, mentiras y teatrillos baratos. Requiere de una apuesta decisiva por su recuperación, como la que está haciendo el Gobierno de España con más de 500 millones de euros comprometidos, pese a que eso suponga molestar los intereses privados de unos pocos terratenientes ricos, a los que su codicia les impide ver la verdad.

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