Uñas municipales

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«Bien hacen una sociedad anónima municipal con los diluidos azucarillos de su ‘ideología’, o bien el ayuntamiento hace una UTE con amichis salvadores de pueblos enteros, que en la cortijá murciana abundan en cantidad»

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No, no son como las gateras, que por no dale una lleve al gato, al animalico tenía que entrar siempre por la puerta de servicio gozando de una libertad plena. Y aunque las garras sean más rentables que las ministeriales, una sociedad política y funcionarial, con los mismos, o quizás más privilegios que muchos reyes, como España, no se puede dejar que le crezcan las uñas a los más que excelentísimos ayuntamientos, porque grano a grano hacen un granero, que algo tiene que tener, porque antes había que coger los concejales a lazos, y, ahora hay verdaderos duelos con munición de verdad, para intentar serlo.

Y uno de los grandes misterios municipales, es que, como si fueran terrones de azúcar, los concejales, en número para armar un regimiento, se diluyen como terrones de azúcar dentro de los consistorios, surgiendo, como cetáceos, a respirar y comprobar si el sueldo ha sido transferido a su cuenta.

Una de las grandes autopistas por donde circula el dinero público a la velocidad, sisa y cantidad dependiendo del egoísmo municipal, es, precisamente, en la Empresas o Sociedades Anónimas Municipales concesionarias juntamente con un accionariado privado o particular, que no son las hermanitas de la caridad, precisamente, especialistas en ingeniería del chanchullo, pero que tienen la virtud de darle carne al león municipal para que no ruja, con el dinero de la vil canalla de proa.

Bien hacen una sociedad anónima municipal con los diluidos azucarillos de su “ideología”, o bien el ayuntamiento hace una UTE (Unión Temporal de Empresas) con amichis salvadores de pueblos enteros, que en la cortijá murciana abundan en cantidad.
Otro asunto que habría que prohibir son las subcontratas, porque la administración contrata con una empresa particular, y si es una empresa de las que se consideran “señoriales” se limitan a ser unos intermediarios repartidores del botín, a costa del bolsillo de la citada vil canalla de proa.

Al margen que recursos fundamentales están en manos privadas, como el agua, la energía, los impuestos, etc. que son servicios públicos deben de estar gobernados, controlados y cuantificados por el ayuntamientos, por la indicada vía de las empresas o chanchullos municipales, el asunto de la adjudicación de obras en España va a seguir tan oscuro como siempre.
Y en la más pura realidad si hay muchos concejales, siempre van y vienen los “ganadores” de las elecciones y el resto hay muchos que no saben ni donde está el ayuntamiento, y no existe una ley que fije los sueldos de alcaldes y concejales, estamos por el aire en caída libre para darnos un ostión de tres pares.

Pero a pesar de que pierdo el tiempo con exponer asuntos “democráticos”, como cada vez que encendía la tele me veía al Lorzas en Madrid, junto al estado mayor de los encubridores de los muertos en Valencia, creía que lo habían fichado. Pero no ha sido así, porque me ha dicho un amigo que lo ha visto entrar en su despacho, en lo que va de año, tres veces.

Todo normal.

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