Ante el anuncio de la conversión de algunas fincas agrícolas del entorno del Mar Menor en granjas solares, Pacto por el Mar Menor manifiesta su no oposición a la energía solar tan necesaria para disminuir el consumo de combustibles fósiles que están acelerando el calentamiento global.
Una de las ventajas que tendrían estas instalaciones fotovoltaicas en la cuenca vertiente del Mar Menor sería la reducción de la superficie dedicada a la agricultura intensiva, lo que ayudaría a rebajar las cantidades de fertilizantes que llegan a la laguna de manera superficial y a través del acuífero. Sin embargo, la ausencia de una ordenación del territorio en la que se establezca dónde y cómo pueden instalarse, podría causar un problema todavía mayor en esta zona tan castigada por la falta de visión de futuro y sensibilidad medioambiental.
La instalación de placas fotovoltaicas en grandes extensiones de terreno, como las que están requiriendo las compañías de energía solar en el Campo de Cartagena, generan un tremendo impacto visual, contribuyen una vez más a la destrucción del paisaje y ocasionan desertificación y erosión del suelo.
La solución menos mala sería instalar las placas fotovoltaicas en pequeños espacios de terrenos no forestales, de no más de 5 hectáreas, rodeados de franjas de arbolado que absorbieran las escorrentías de aguas de lluvia, aunque nuestra propuesta es la de instalar las placas principalmente sobre construcciones, tales como almacenes, fábricas, tejados de viviendas para autoconsumo, etc.
Es necesario ordenar el territorio y crear una normativa antes de autorizar estas instalaciones fotovoltaicas, la Región de Murcia no puede seguir siendo ambientalmente un territorio sin ley.
Grupo de coordinación