Noelia Arroyo tragó con los despidos y recolocaciones de Lhicarsa y hay quien dice que, como contrapartida, penalizó a la empresa para que no accediera al contrato de la limpieza de los colegios del municipio
Que Cartagena no está limpia, es un hecho visible y a la vista de todo el mundo. Pero no está limpia ni por fuera, ni parece que por dentro tampoco.
A la suciedad existente en calles, plazas y parques de nuestra trimilenaria, además del abandono a su suerte de las diputaciones, se suman unos gestores que parecen de todo menos limpios.
Tenemos un equipo de gobierno formado por tránsfugas expulsados de sus partidos por hacer todo lo que no debe hacer un servidor público: ser egoísta, solo pensar en su sillón y en su sueldo garantizado por cuatro años.
Además son cínicos e hipócritas al intentar tapar sus vergüenzas bajo la excusa de que se sacrificaron por Cartagena, cuando la realidad es que Cartagena es un poquito peor con ellos sentados en sus sillones.
Cuya lideresa ha tenido un papel más que destacado en esto de la adjudicación del contrato de la limpieza de los colegios, como más adelante les contaré.
Por otro lado, tenemos a una paracaidista puesta a dedo por su partido político, que de cartagenera tiene lo que yo de bilbaíno, pero que por puro azar nació en nuestra amada ciudad, aunque siempre se ha desempeñado fuera de ella, llegando a ser nombrada Doña Sardina, figura destacada de las fiestas de la capital.
Súmenle a este cóctel un partido cuyo líder está más tiempo en el juzgado que en su sillón en el pleno, con razón o no, eso ya se lo dejo a su libre interpretación.
Con estos mimbres mal cesto se puede hacer. Está claro que son esparto de muy mala calidad y al final repercute en el día a día de todos los ciudadanos y ciudadanas de Cartagena.
Un contrato bajo sospecha
Esta semana se confirmó la designación de la empresa que se hará cargo del contrato para el “Servicio de Limpieza de Centros Escolares 2022-2025” del municipio de Cartagena y ha desatado un reguero de sospechas por posibles irregularidades.
Como ya contamos en esta casa, Noelia Arroyo ha adjudicado el contrato de limpieza de los colegios a una empresa que presupuestó 820.000 euros más que el siguiente licitador, algo ya de entrada llamativo.
Si a esto le sumamos que la empresa adjudicataria es Actúa, Servicios y Medio Ambiente SL, o lo que viene siendo lo mismo, el famoso grupo empresarial La Generala, a cuyo jefazo se le pudo ver en el acto privado que tuvo lugar el pasado fin de semana en Alcantarilla para agasajar al líder popular, Alberto Núñez Feijóo, con la excusa de la presentación de un candidato a alcalde, pues tenemos todos los ingredientes para realizar un cocido ‘sabrosón’.
Un responsable de valorar sin experiencia
Y en este punto es donde entra la lideresa del nuevo partido, creado para intentar darle al menos un sillón, y otros cuatro años más viviendo de la política. Ella que quizás, movida por alguna vendetta personal, haya movido hilos para que una empresa no fuera la beneficiaria de la adjudicación.
Para ello, en vez de que la persona que habitualmente venía valorando las ofertas en las distintas licitaciones del área de Educación, técnico con formación y experiencia acreditada y comprobable, colocan a otra persona cuya formación técnica es nula, que se conozca, sin experiencia en ningún proceso previo de estas características, y cuya formación es ser licenciado en pedagogía.
Recordemos que el contrato que se estaba juzgando no es ninguna tontearía: casi doce millones de euros de dinero público, de dinero de todos los cartageneros y cartageneras.
Además, esta persona ocupa un puesto de confianza puesto a dedo por la lideresa del partido aguamarina. Con estos ingredientes, qué podría salir mal.
¿Será esto la historia de una venganza?
Algún día esta señora tendrá que explicar la persecución contra un directivo de una de las empresas licitadoras a cuenta de problemas con amigos personales suyos, de ella. Porque esos amigos fueron puestos a dedo en esa empresa en puestos que no les correspondían, ni tenían acreditación ni formación para ejercerlos, por anteriores dirigentes y el actual, una vez se destapó el pastel, no tuvo más remedio que relegarlos.
Hay quien sospecha de posibles presiones por parte de la alcaldesa
El partido del líder condenado en varias ocasiones se descolgó afirmando que “a nadie, y menos a los cartageneros, sorprendería que el PP haya influido o tratado de hacerlo en una licitación. Casi nos extrañaría lo contrario”.
De esta manera ponía la piedra en el tejado de Noelia Arroyo quien, por cierto, se ha negado a valorar esta extraña adjudicación por más que mis compañeros han intentado recabar su opinión al respecto. !Cosa extraña, oiga¡.
Al final parece que Noelia Arroyo tragó con los despidos y recolocaciones de Lhicarsa y hay quien dice que, como contrapartida, penalizó a la empresa para que no accediera al contrato de la limpieza de los colegios del municipio.
Entre todos la mataron y ella sola se murió
Sea como fuere, Cartagena necesita una limpieza a fondo. Tanto por fuera como por dentro. En unos meses tendremos la oportunidad de que esa limpieza se produzca. Ya hay muchos que piensan que quien ha estado cuatro años fuera de ese lugar, y le ha permitido desintoxicarse de ese aire viciado, puede ser la persona que lidere esa limpieza.
En nuestra manos está, no lo olviden. El próximo 28 de mayo podemos limpiar la casa o dejarla en manos de quien la sigue manteniendo hecha una cuchitril.