Nuevos datos revelan también que muchos niños y niñas carecen de juegos, estímulos e interacción con sus padres y cuidadores
Casi 400 millones de niños y niñas menores de 5 años -o 6 de cada 10 niños y niñas de ese grupo de edad en todo el mundo- sufren regularmente agresiones psicológicas o castigos físicos en el hogar, según nuevas estimaciones de UNICEF. De ellos, unos 330 millones son castigados por medios físicos.
En España, el Registro Unificado de sospechas de Maltrato Infantil (RUMI), registró en 2022 29.770 notificaciones de sospecha de maltrato (5.449 por abusos sexuales, 13.724 por maltrato emocional, 9.044 por maltrato físico, y 19.970 por negligencia).
Las conclusiones de las nuevas estimaciones también subrayan el papel crucial del juego en el desarrollo infantil y la salud mental de los niños y niñas, los padres y los cuidadores, frente a los datos que ponen de relieve la prevalencia de cuidados inadecuados, incluida la estimulación y la interacción en el hogar.
«Cuando los niños y las niñas son objeto de abusos físicos o verbales en el hogar, o cuando se ven privados de la atención social y emocional de sus seres queridos, esto puede socavar su sentido de la autoestima y el desarrollo», explica Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. «Una crianza que cuide e incluya el juego puede aportar alegría y también ayudar a los niños y las niñas a sentirse seguros, aprender, adquirir habilidades y desenvolverse en el mundo que les rodea».
Cada vez son más los países que prohíben el castigo físico de los niños y niñas en el hogar, incluido España. Más de la mitad de los 66 países que han prohibido esta práctica han promulgado leyes en los últimos 15 años, pero aun así unos 500 millones de niños y niñas menores de 5 años siguen sin la protección legal adecuada. En nuestro país, la Ley de Protección a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI, aprobada en junio de 2021) dedica un capítulo al ámbito familiar, que incluye medidas para promover el buen trato y la parentalidad positiva.
Sin embargo, en todo el mundo persisten normas sociales nocivas que sustentan los métodos violentos de crianza, ya que, según los resultados, algo más de 1 de cada 4 madres y cuidadores principales indican que el castigo físico es necesario para criar y educar a los niños y las niñas adecuadamente.
Los datos -publicados en el primer Día Internacional del Juego- también ponen de relieve las disparidades en las prácticas de cuidado y el acceso a oportunidades de juego. Por ejemplo, las nuevas estimaciones muestran que aproximadamente 4 de cada 10 niños y niñas de 2 a 4 años no reciben suficiente interacción receptiva o estimulación en casa, lo que significa que pueden experimentar negligencia emocional y una sensación de desapego, inseguridad y problemas de comportamiento que pueden persistir en la edad adulta. Mientras tanto, 1 de cada 10 no realiza actividades con sus cuidadores que son fundamentales para promover el desarrollo cognitivo, social y emocional, como leer, contar cuentos, cantar y dibujar.
Los datos también muestran que alrededor de 1 de cada 5 niños de 2 a 4 años no juega con sus cuidadores en casa, mientras que aproximadamente 1 de cada 8 menores de 5 años no tiene juguetes o elementos de juego en casa.
Los estudios demuestran que los programas de crianza basados en pruebas mejoran el cuidado de los hijos, reducen la violencia y el maltrato familiar y mejoran la salud mental de niños, niñas y padres. Estos programas incluyen la formación en enfoques positivos, la creación de relaciones sólidas entre padres e hijos, y el apoyo al juego, la disciplina no violenta y la comunicación.
Para garantizar que todos los niños y niñas crezcan sintiéndose seguros y queridos, UNICEF pide a los gobiernos que redoblen sus esfuerzos e inversiones en:
- Protección: Refuerzo de los marcos jurídicos y políticos que prohíben y ponen fin a todas las formas de violencia contra los niños y las niñas en el hogar;
- Apoyo a la crianza: Ampliación de programas de crianza basados en pruebas que promuevan enfoques positivos y lúdicos, y prevengan la violencia familiar;
- Aprendizaje lúdico: Ampliar el acceso a espacios de aprendizaje y juego para los niños y niñas, incluidos centros preescolares, escuelas y parques infantiles.
“En el primer Día Internacional del Juego, debemos unirnos y comprometernos de nuevo para poner fin a la violencia contra los niños y promover un cuidado positivo, enriquecedor y lúdico”, concluye Russell.