Un hecho insólito hasta ahora ha ocurrido en la Biblioteca Regional de Murcia: la Mediateca —la llamada “joya de la corona” de sus instalaciones—, ha cerrado por falta de personal. Este desajuste deja sin acceso al popular servicio de documentos audiovisuales y electrónicos, justo en verano, cuando más demanda puede haber de películas o música
No es el único espacio cerrado de la Biblioteca: toda la segunda planta se encuentra casi sin actividad desde abril del corriente, con el Fondo Regional de autores cerrado, la Hemeroteca y la Sala de Investigación, obligando a los usuarios que demandan estas colecciones a ser atendidos abajo o a no ser atendidos en modo alguno. Otras funciones esenciales de una biblioteca como la catalogación y ordenación de los ejemplares y novedades que van llegando tampoco se está llevando a cabo, acumulándose los libros anotados, pero sin salir al público. Así mismo, el Depósito Legal se encuentra paralizado desde febrero de 2024, no se ha realizado la catalogación ni ordenamiento de ningún cartel, folleto o libro físico depositado.
Este desastre absoluto se completa con la pésima actitud del director de la Biblioteca Regional, Juan José Lara Peñaranda, que llegó a tratar de impedir la entrada a la Sala de Actos al grupo de autoras feministas el día de la celebración de su festival programado para dicha sala. Lara Peñaranda, que ya avisó en su toma de posesión de que el funcionamiento normal de la Biblioteca Regional no era su prioridad “se albergarán conciertos, representaciones teatrales, ponencias, talleres, sesiones de dibujo (…) y traer a los autores de mayor prestigio” (El Noroeste Digital, 7-10-2021), ha contriuido de manera notable al deterioro de la Biblioteca, destinando los escasos recursos económicos a actividades grandilocuentes que impiden a estudiantes y lectores el acceso diario a los fondos y a las salas pues, el horario de apertura se encuentra restringido a unas pocas mañanas. Pero no solo esto, sino que él mismo se ha encargado de aumentar la catástrofe, con las represalias a los 11 ordenanzas desplazados a centros de enseñanza y no sustituidos ni por técnicos ni por otros ordenanzas.
En 2021, 11 trabajadoras y trabajadores de la Biblioteca Regional ganaron un juicio contra la administración regional, que les mantenía en categoría de ordenanzas cuando en realidad realizaban labores de técnico superior de bibliotecas. En lugar de obedecer la sentencia, Lara Peñaranda les castigó desplazándoles de sus puestos de trabajo —en el cual algunas trabajadoras llevaban más de 22 años de experiencia—, y por tanto, ocasionando el desastre actual, pues la principal causa del abandono de funciones y fondos de la Biblioteca Regional es la falta de personal y de recursos económicos.
Pero tal abuso de poder —continúan desde IU-Verdes— es solo un despropósito más en el largo historial de incompetencia de Lara peñaranda. Nombrado director de la Biblioteca Regional por la entonces Consejera de Educación y Cultura (y tránsfuga de VOX) Mabel Campuzano, suscitó la indignación ciudadana desde su toma de posesión, dadas sus nulas experiencia y formación (fue profesor de Educación Secundaria hasta que pasó a ocupar puestos de asesor en diversos gobiernos del Partido Popular) en el campo de la Biblioteconomía. Su gestión a lo largo de estos tres años viene marcada por la opacidad, la ausencia de proyecto y evaluación y la tendencia al despilfarro en la organización de eventos con personajes famosos, muchas veces sin ninguna relación con el mundo del libro.
Ha protagonizado además diversas polémicas, como la decisión de anular clubes de lectura de larga trayectoria o la contratación de figuras con un marcado perfil ideológico. Ha renunciado a abordar los déficits que la Biblioteca Regional viene arrastrando desde los recortes de la década pasada —horarios reducidos de apertura, paralización de los bibliobuses en los meses de verano, falta de servicio a las bibliotecas municipales, cancelación de servicios como el de mediación, etc—. Las represalias laborales contra las 11 trabajadoras han privado a los usuarios del centro de una experiencia y conocimiento insustituibles en el día a día de la Biblioteca Regional, verdadero mascarón de proa de la gestión cultural pública de la Región, que este director negligente ensombrece cada día que permanece en su cargo.
Desde la formación Izquierda Unida-Verdes Región de Murcia han exigido el cese inmediato del director de la Biblioteca Regional por su nula gestión y las represalias a las trabajadoras y trabajadores.
Por último, Izquierda Unida hace un llamamiento a la gente que estudia y utiliza la Biblioteca Regional a que expongan quejas e incidencias en el buzón de sugerencias de la misma Biblioteca, para que quede constancia del pésimo funcionamiento en el Gobierno Regional.