Las primeras excavaciones arqueológicas en el Cerro de la Virgen avanzan a buen ritmo y con grandes resultados

Este miércoles se llevó a cabo el recibimiento institucional en el Ayuntamiento de Calasparra de los estudiantes de arqueología que están desarrollando las primeras excavaciones arqueológicas en el Cerro de la Virgen

Desde la Universidad de Valencia, Complutense de Madrid y la Universidad de Salamanca, se encuentran en Calasparra, ocho estudiantes realizando estos trabajos de arqueología. La alcaldesa de Calasparra, Teresa García junto al concejal de Cultura y Patrimonio, Antonio Merino, dieron la bienvenida a los estudiantes que están participando en este proyecto de Arqueología coordinado por el calasparreño David Martínez Chico, investigador de la Universidad de Valencia y director científico junto al arqueólogo profesional, Rubén Fernández Tristante.

Este proyecto está financiado por el Ayuntamiento de Calasparra y cuenta con todos los permisos de Patrimonio Histórico y Medio Ambiente para su puesta en marcha. Teresa García agradeció a los voluntarios y voluntarias que participaron en la campaña que arrancó a principios de este mes de julio.

David Martínez Chico detalló los avances del proyecto en el Cerro de la Virgen. En la localización excavada nos encontramos con un asentamiento tardoantiguo, de los siglos V al VII d.C., probablemente con una función u origen militar. En esta campaña, el principal descubrimiento es un edificio de gran envergadura, en el sector norte, de planta rectangular y grandes dimensiones (14 metros de largo, 9 metros de ancho y muros con un grosor de 65 centímetros), que presentaría habitaciones anexas. Según Martínez Chico, el uso de este complejo todavía está en estudio. Sí se ha comprobado que sus paredes se encontraban enlucidas con cal.

Ayer se pudo exhibir parte del material localizado durante los trabajos arqueológicos que habla de cambios económicos. Con la caída de Roma, las relaciones comerciales se enfocan hacia el norte de África. Los restos de ánforas indican importaciones de Trípoli (Libia) y de la provincia de Bizacena (norte de Túnez). También se han encontrado restos de piezas de vajilla fina de origen africano de finales del siglo V o principios del VI, además de trozos de marmitas, de la misma época, pero en este caso regionales. Entre el material, también han aparecidos monedas, como un antoniniano de Galieno y un nummus de Constancio II que habrían pervivido en circulación varios siglos.

Entre el material metálico exhumado en la intervención, destaca una luminaria de bronce en forma de paloma eucarística, con unos 35 mm de longitud y una hendidura semicircular donde una mecha se introduciría junto con un poco de grasa o aceite. Esta pequeña pieza, procedente del gran edificio que se está excavando, es única en todo el ámbito peninsular y serviría para la adoración de íconos, con una función similar a las modernas mariposas, lamparillas y/o velillas de la religión católica.

Los trabajos continuarán hasta final del mes de julio y se irán detallando todos los hallazgos en los próximos días.