La Comunidad es la sexta que menos invierte por estudiante en universidades públicas y una de las que más carga en el bolsillo de las familias
La Región de Murcia se sitúa entre las comunidades autónomas con peores niveles de financiación universitaria pública del país, según el informe «La financiación de la educación universitaria en España», elaborado por la Secretaría Confederal de Participación Institucional y Movimientos Sociales de CCOO. Esta realidad se traduce en menos recursos por alumno, mayor carga económica para las familias y una preocupante brecha con territorios que sí apuestan por la inversión en educación superior.
Una inversión insuficiente por estudiante
Según los datos recogidos en el informe, en 2022 las universidades públicas de la Región de Murcia recibieron 8.615,1 euros por estudiante, una cifra muy por debajo de comunidades como Navarra (10.895,1 euros), La Rioja (10.503,9 euros) o el País Vasco (10.458,8 euros), que lideran el ranking nacional. Murcia ocupa el sexto lugar por la cola, con una financiación por alumno 1.200 euros inferior a la media de las comunidades mejor financiadas, y apenas por encima de Madrid (6.734,0 euros) y Cataluña (7.460,4 euros), donde los modelos de financiación universitaria llevan años siendo fuertemente cuestionados.
Este nivel de inversión condiciona directamente la calidad del sistema universitario público. Menos financiación implica ratios más elevadas de estudiantes por profesor, infraestructuras en peor estado, menos recursos para investigación y una menor capacidad de atracción y retención del talento docente.

Las familias asumen el coste: Murcia, entre las que más carga traslada al alumnado
A esta escasa financiación pública se suma otro dato alarmante: la Región de Murcia es una de las comunidades donde el alumnado paga más por estudiar. El precio medio por crédito ECTS en estudios de grado es de 15,70 euros, por encima de la media nacional (15,49 euros) y muy lejos de comunidades como Galicia (11,70 €) o Andalucía (12,62 €). En máster habilitante, el crédito cuesta en Murcia 16,78 €, también por encima del promedio estatal.
Pero donde la diferencia es más sangrante es en los másteres no habilitantes, donde Murcia alcanza un coste medio por crédito de 37,37 euros, muy por encima de la mayoría de regiones y solo superada por Madrid (51,93 €). Esto convierte a la Región en una de las más caras de España para continuar estudios de posgrado, limitando las posibilidades de formación a quienes no pueden permitirse estos precios.
El gasto de las familias murcianas en educación superior se ha duplicado
Los datos del INE también evidencian que el esfuerzo económico de los hogares de la Región de Murcia para sufragar la universidad se ha disparado un 117,2% entre 2006 y 2023, siendo una de las comunidades donde más ha crecido, junto a Madrid y Cataluña. Esto implica que el presupuesto familiar destinado a la universidad ha pasado del 0,40% al 0,68% de media nacional, aunque en regiones como Murcia el peso es aún mayor debido a la escasa financiación pública y los elevados precios académicos.
Este aumento del gasto no solo penaliza a las familias más humildes, sino que también tiene consecuencias en el acceso y la permanencia en la universidad. Tal como recoge el informe, los estudiantes con menos recursos abandonan más, acceden a másteres en menor medida y tardan más en finalizar sus estudios, al tener que compaginar trabajo y formación.
Una política que compromete el futuro universitario de la Región
El modelo de financiación universitaria seguido por la Región de Murcia durante los últimos años evidencia una estrategia de bajo compromiso con la educación superior pública. Mientras comunidades como Navarra, La Rioja o el País Vasco refuerzan año a año sus sistemas universitarios, la Región sigue estancada, sin una política estable y con una universidad pública que funciona con recursos por debajo de sus necesidades reales.
Esta situación debilita el papel de la universidad como motor de desarrollo económico y social. La escasa financiación condiciona su capacidad de generar conocimiento, colaborar con el tejido productivo o internacionalizarse. Además, limita el papel de la universidad como espacio de movilidad social, dejando atrás a quienes no pueden afrontar el esfuerzo económico que supone estudiar en condiciones de desigualdad.
La LOSU marca el camino, pero la Región no lo recorre
La nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), aprobada en 2023, establece que el gasto público en educación universitaria debe alcanzar el 1% del PIB en 2030. En 2022, España apenas destinaba el 0,83% y la Región de Murcia está aún por debajo de esa cifra, según los datos recogidos en el informe.
El cumplimiento de este objetivo requiere un compromiso político real por parte de las comunidades autónomas, responsables de la financiación de sus universidades públicas. Sin embargo, la Región de Murcia sigue lejos de equipararse con los estándares europeos y con el resto de comunidades que ya han iniciado este camino.
¿Dónde queda la equidad interterritorial?
El informe pone de relieve la brecha territorial existente en el sistema universitario español, con comunidades que financian a sus universidades con más de 10.000 euros por estudiante, mientras otras apenas alcanzan los 6.700. Esta desigualdad pone en cuestión la cohesión del sistema y el principio de igualdad de oportunidades, ya que el acceso, la permanencia y la calidad de la educación superior dependen del lugar en el que se nace y estudia.
La Región necesita un cambio de rumbo
En un contexto donde los retos económicos, sociales y tecnológicos exigen más que nunca una universidad pública fuerte, inclusiva y bien financiada, la Región de Murcia no puede seguir en la retaguardia. La financiación universitaria no es un gasto, es una inversión en el futuro de la Región: en su capacidad para formar profesionales, generar conocimiento, innovar y competir.
Mantener a la universidad pública en un régimen de infrafinanciación no solo afecta al sistema educativo, sino que tiene efectos directos sobre el desarrollo regional, el empleo, la investigación y la lucha contra la despoblación o la desigualdad.
Conclusión: sin universidad pública fuerte, no hay Región competitiva
La Región de Murcia debe salir de los últimos puestos en financiación universitaria si quiere aspirar a un futuro basado en el conocimiento, el talento y la innovación. Reforzar la financiación pública, reducir las tasas, impulsar la investigación y garantizar la equidad son tareas ineludibles que deben estar en el centro de la agenda política regional.
De lo contrario, seguiremos hipotecando las oportunidades de miles de jóvenes murcianos y murcianas y condenando a nuestra universidad pública a sobrevivir con lo mínimo, cuando debería estar liderando el cambio y la transformación de la Región.
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