La Escuela de Aprendices de Bazán: cien años después, sigue siendo un símbolo de excelencia y orgullo industrial

La Escuela de Aprendices de Bazán: cien años después, sigue siendo un símbolo de excelencia y orgullo industrial
La Escuela de Aprendices de Bazán: cien años después, sigue siendo un símbolo de excelencia y orgullo industrial

El historiador Diego Victoria reivindica el papel de esta escuela como referente nacional en la formación técnica y profesional

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La Escuela Técnica de Aprendices de Bazán, que durante décadas fue uno de los principales motores de formación industrial de Cartagena y de toda España, sigue despertando admiración y respeto un siglo después de su fundación. Así lo expresó con contundencia el historiador Diego Victoria Moreno durante su ponencia titulada “La escuela técnica de aprendices en el contexto industrial de Cartagena: un modelo de enseñanza profesional paternalista”, organizada por la asociación de antiguos alumnos con motivo del centenario del centro.

El acto, que tuvo lugar en la sede de la UNED en Cartagena, reunió a más de medio centenar de asistentes. Fue inaugurado por el director del centro universitario, José Luis Figueiras, nieto de uno de los antiguos aprendices, quien dio la bienvenida a los presentes antes de dar paso a Emilio Ruiz Navarro, encargado de presentar al ponente y también exalumno de la promoción del 69.

Un modelo pionero de formación ligada a la industria naval

Durante su intervención, Diego Victoria —doctor en Historia Moderna y Contemporánea y profesor en la Universidad de Murcia y la UNED— repasó el contexto económico, industrial y social que propició la creación de esta escuela en 1925 por parte de la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN). Subrayó que fue la pujanza de la construcción naval en Cartagena la que motivó la creación de un centro educativo de estas características, concebido como un “semillero de profesionales” altamente cualificados.

“Las empresas industriales tenían dificultades para encontrar mano de obra cualificada, por lo que fundaron escuelas que cumplían un objetivo fundamental: formar trabajadores expertos desde jóvenes”, explicó Victoria. En el caso de la escuela de Bazán, esta formación no se limitaba a la instrucción técnica, sino que incluía también una dimensión moral y cívica, enmarcada en un modelo empresarial paternalista: “Se les proporcionaban libros, uniformes, alimentación y hasta instalaciones deportivas. Y lo más importante: recibían un salario desde su etapa como aprendices”.

Una élite técnica reconocida a nivel nacional e internacional

El historiador cartagenero no dudó en afirmar que “los aprendices de la Escuela Técnica de Bazán eran la élite de España”. Así lo demuestran los logros obtenidos por sus alumnos en certámenes internacionales, como el IV Concurso Internacional de Soldadura de 1957, donde el aprendiz Pedro Vicente Jiménez fue campeón en la especialidad de soldadura eléctrica. “Estos éxitos se repetirían en años posteriores”, recordó Victoria con orgullo.

El taller escuela ‘Almirante Bastarreche’, perteneciente a la Obra Sindical, también fue destacado por el ponente como parte de un ecosistema de excelencia formativa en Cartagena, una ciudad que durante buena parte del siglo XX fue punta de lanza en la formación industrial del país.

Del esplendor a la reconversión: el declive de un modelo

Tras décadas de funcionamiento y prestigio, la Escuela de Aprendices vivió un punto de inflexión en 1977 con la salida de los Hermanos de La Salle, momento a partir del cual el centro adoptó un carácter laico y fue rebautizado como Centro de Formación Profesional Bazán. La llegada de la reconversión industrial en los años 80 supuso el principio del fin para esta institución, que finalmente cerró sus puertas en 1996.

“El cierre de la escuela marcó el fin de una etapa gloriosa de formación profesional en Cartagena, una pérdida que aún hoy se percibe con nostalgia, pero también con la firme voluntad de preservar su legado”, señaló Victoria Moreno. En este sentido, valoró como muy positiva la labor de la asociación de antiguos alumnos, que ha contribuido a mantener viva la memoria del centro.

Reconocimiento institucional y continuidad del centenario

El acto concluyó con la entrega de sendas placas conmemorativas al propio Diego Victoria y a Emilio Ruiz Navarro, en agradecimiento por su participación. El presidente de la asociación, José Manuel Marín Garre, fue el encargado de realizar este homenaje simbólico, en un ambiente de emoción y orgullo compartido por todos los asistentes.

Además, se anunció que la próxima conferencia del ciclo tendrá lugar el próximo jueves 29 de mayo en el Centro Universitario ISEN. Bajo el título “La Fábrica de submarinos. La SECN en Cartagena (1909–1939)”, la ponencia correrá a cargo del historiador José Ibarra Bastida y será presentada por José Manuel Sanjurjo Jul.

Con este ciclo de actividades, la asociación de antiguos alumnos sigue rindiendo tributo a una institución que marcó la historia educativa, industrial y social de Cartagena. La Escuela Técnica de Aprendices de Bazán no solo formó a miles de profesionales, sino que forjó una identidad colectiva basada en la excelencia, el esfuerzo y el compromiso con el desarrollo de la ciudad. Un legado que, un siglo después, sigue más vivo que nunca.

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