El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado la pujanza de las empresas emergentes españolas, que tienen mucho que ofrecer para mejorar la sostenibilidad y rentabilidad del sector agroalimentario
Planas ha asegurado que España cuenta con un extraordinario potencial en tecnología alimentaria «para ofrecer soluciones concretas a problemas concretos».
El ministro ha indicado que el sector agroalimentario español invierte en I+D unos 900 millones de euros al año, sumando las aportaciones del sector primario, la industria, la administración pública y las universidades. Para el ministro, se trata de una cifra relevante que sitúa a España en la buena dirección para acercarnos a los niveles de los países más innovadores.
España, potencia agroalimentaria de primer orden -cuarto mayor exportador agroalimentario de la Unión Europea y séptimo del mundo- cuenta con el talento y las ideas innovadoras para ser un referente mundial en tecnologías de la alimentación. En este sentido, ha subrayado que resulta necesario potenciar y diferenciar a este tipo de empresas emergentes a través de un distintivo o sello que ponga en valor estos proyectos innovadores concebidos para transformar el sistema agroalimentario, a través de la digitalización, y para darles proyección en el exterior.
Luis Planas ha participado hoy, en Bilbao, en la inauguración del «European Foodtech Nations Summit», que se celebra en el marco del IV Congreso Internacional «Food 4 Future», donde ha señalado que España es un referente mundial en la producción de alimentos y bebidas, gracias a disponer de una potente producción agraria y pesquera, que le permite jugar un papel clave en la autonomía alimentaria de la Unión Europea y ser un garante en el abastecimiento de alimentos.
También ha valorado el esfuerzo de las empresas emergentes y centros tecnológicos españoles para incorporar las nuevas tecnologías, no solo a la producción primaria y la transformación de alimentos y bebidas, sino también a toda la cadena logística y de distribución, así como a la restauración. En concreto, España cuenta con un potente ecosistema de empresas de tecnología alimentaria, con 420 empresas emergentes registradas, más de 50 universidades y 20 centros tecnológicos especializados.
En su intervención, Planas ha explicado que la modificación de la Ley de la Ciencia, Tecnología e Innovación es una importante herramienta para avanzar en la mejora del sistema de ciencia, tecnología e innovación a través de inversiones en Investigación y Desarrollo, con el objetivo puesto en alcanzar el 1,25 % del Producto Interior Bruto en inversiones en I+D en 2030.
Innovación para mejorar la productividad y sostenibilidad
El ministro ha asegurado que las nuevas tecnologías constituyen una herramienta de gran valor para dar respuesta a los retos derivados del cambio climático, el incremento de costes, la salud o la seguridad alimentaria. Según ha precisado, la agrotecnología está permitiendo lograr avances en la automatización de procesos, para aumentar la productividad; en biotecnología, para mejorar especies y aumentar la calidad y seguridad alimentaria; y en conectividad y análisis inteligente, para tomar las mejores decisiones.
Desde hace casi diez años, la Comisión Europea impulsa la colaboración entre agentes del conocimiento, empresas y el propio sector agroalimentario, a través de la Asociación Europea para la Innovación Agraria, para desarrollar soluciones. De esta forma, se pueden financiar grupos y proyectos innovadores en el marco de la Política Agraria Común (PAC). Con esta iniciativa, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha apoyado la creación de 177 grupos operativos de innovación y 124 proyectos innovadores de interés supraautonómico, con 70 millones de euros de ayudas concedidas.
Asimismo, el Plan Estratégico de la PAC para el periodo 2023-2027 incluye 389 millones de euros de inversión pública para innovación, formación y asesoramiento. Así, en 2023 se publicó la primera convocatoria de estas ayudas a proyectos innovadores, con 37,5 millones de euros, y para 2025 está previsto publicar la mayor convocatoria que se ha hecho de esta línea de ayudas en España, con 46,25 millones de euros.
Planas ha añadido que el ministerio no solo apoya la innovación de las entidades ya consolidadas, sino también a las personas emprendedoras, «que empiezan y arriesgan, que ofrecen una innovación más disruptiva». Las más de 420 empresas emergentes registradas en España forman parte de un nuevo ecosistema de emprendimiento innovador, que juegan un papel destacado en la transformación y mejora del sistema alimentario.
Entre las iniciativas de apoyo a los emprendedores, el ministro ha citado el programa de incubación y aceleración de empresas, a través del centro de innovación digital «La Vega Innova», y la línea de créditos «AgroInnpulso», que cuenta con 43 millones de euros de presupuesto. Hasta finales del mes de marzo, se han firmado más de 120 préstamos, con 22 millones de euros de desembolso.
El ministro ha recordado que el sector agroalimentario cuenta en estos momentos con más apoyos que nunca para incorporar la innovación en sus explotaciones, procedentes principalmente de la PAC y del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. «Tenemos un sector dinámico y competitivo capaz de aprovechar estas oportunidades, y estamos creando las condiciones adecuadas para el desarrollo de empresas innovadoras», ha destacado.