España ha batido récord de bajas relacionadas con problemas de salud mental y de comportamiento, casi 600.000 en 2023, según las últimas cifras del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Esto supone un 15,8% más que el año anterior (516.028) y la cifra se ha duplicado en 7 años
Todavía existen muchos prejuicios y estigma en torno a las personas que se reincorporan tras una baja por un problema de salud mental, y que se pueden traducir en falta de confianza, poca comprensión de la situación, discriminación o paternalismo
La Confederación reclama a las empresas que adapten el entorno de trabajo a la persona, faciliten los apoyos necesarios y respeten la privacidad, y anima a los compañeros y compañeras de trabajo a dar su apoyo a la persona
La Federación Salud Mental Región de Murcia, como parte del movimiento asociativo nacional de la Confederación Salud Mental España, insta a todas las empresas a que cuenten con un plan de reincorporación para tras una baja laboral por salud mental, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores. Y es que la cifra de bajas laborales relacionadas con “trastornos mentales y de comportamiento”, tal y como lo denomina el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha batido récord en España, con casi 600.000 en 2023. El incremento respecto al año anterior es del 15,8% y, en siete años, el número se ha duplicado.
El estigma y los prejuicios en la salud mental están todavía muy enraizados en el ámbito laboral. De hecho, el 37,9% de las personas con diagnóstico ha experimentado discriminación en el trabajo y solo el 12,9% comparte con compañeros y compañeras de trabajo su problema de salud mental, por miedo a ser etiquetado. Este estigma, que genera aún más sufrimiento a la persona, se puede traducir en falta de confianza, falta de comprensión de la situación, discriminación o paternalismo, lo cual dificulta la recuperación.
“Las personas que se reincorporan al trabajo tras una baja por cuestión de salud mental pueden tener miedo a no ser capaces de afrontar el día a día, a no gestionar situaciones de estrés como antes, a que la relación con los compañeros y las compañeras cambie y a perder su puesto de trabajo. Prestar los apoyos adecuados, tanto por parte de las empresas como del entorno laboral, facilita la recuperación de la persona”, explica el presidente de Salud Mental España, Nel González.
Además, explica que para solventar la situación es necesario que las empresas se impliquen y desarrollen un “plan de reincorporación junto con la persona”, que incluya, en el caso particular en el que sea necesario, una adaptación al entorno de trabajo, flexibilidad o ajuste de horarios, para respetar los tiempos de la persona y su privacidad a la vez que se transmite confianza en sus capacidades.
Las bajas de las personas jóvenes han aumentado un 90% desde la pandemia y, según la OMS, a nivel mundial se pierden 12.000 millones de días de trabajo por la ansiedad y la depresión. Entre el 17% el 27% de personas sufren ansiedad en el trabajo; entre el 30% y el 38% dicen experimentar estrés siempre o casi siempre; y, en general, un 47% reconocen encontrarse expuestas en su lugar de trabajo a factores de riesgo para su bienestar mental. A estas cifras se suma que el consumo de “tranquilizantes, relajantes, pastillas para dormir” y/o “antidepresivos, estimulantes”, afecta al 6,8% de las personas.
Entre los factores de riesgo, se encuentran aquellos relacionados directamente con el trabajo y aquellos ajenos a este. Entre los primeros, se incluyen la precariedad e inseguridad laboral, el estrés y sobrecarga en el trabajo, la dificultad para conciliar, el acoso laboral o sexual en el ámbito laboral, la falta de autonomía o la brecha salarial.
Por otro lado, entre los factores ajenos al trabajo, se encuentran la desigualdad por distintas causas (género, racismo, pobreza), las adicciones, vivir situaciones de violencia, la soledad no deseada, la sociedad individualista y competitiva, así como tener un problema de salud mental previo.